La vida detrás de la redonda


Mauricio vistiendo los colores de Jorge Newbery, en su brazos, su hijo Jeremías 

Día bastante caluroso en la ciudad de Yerba Buena, con el ruido de sus sobrinos jugando al fútbol como uno de los protagonistas del momento, el hombre rapado, con su barba bien marcada, vestido con una bermuda de jeans, remera oscura, se ubicaba en unas de las sillas de la casa de su padre, donde habíamos quedado, con calor y la tranquilidad que, según él, siempre lo identifico a lo largo de sus 38 años.
Padre, futbolista y además empleado municipal, son las obligaciones con las que él debe cumplir diariamente. Levantarse a las 6:30 de la mañana ya es habitual para Mauricio Salazar quien ahora vive en la comuna de San Pablo. En dirección a su trabajo él se dirige, más precisamente al Obrador Municipal de la ciudad de Yerba Buena, donde cumple el rol de chófer de los camiones de obras públicas, donde ya hace más de 10 años que está ahí.
Junto con su compañero Carlos Mamud, más conocido como "Cali" salen en dirección hacia el recorrido habitual que los depara todos los días. Al finalizar ese recorrido, él sabe claramente lo que tiene que hacer, primero que nada pasa por casa de sus padres a saludarlos, también a su hermana Natalia y sus sobrinos. 
"Siempre hago el mismo recorrido, es algo habitual en mí" comentaba, mientras su hermana Natalia preparaba el mate para compartir entre los que estaban en la mesa. Acordándose de sus inicios en el fútbol, "me inicié como futbolista en Amalia, donde estuve poco tiempo, pero para mí en lo personal el club más importante en el que estuve fue Jorge Newbery tanto en lo deportivo como en lo familiar, porque fue así, eso es algo que realmente me hace muy feliz, yo creo que estoy gastando mis últimas balas por así decirlo en el fútbol. Siempre que llego a mi casa está mi mujer con mi hijo, esperándome para comer y seguir con el día. Almorzamos y luego nos preparamos para las obligaciones que tiene cada uno, la mía de ir al club a entrenar y la de ella ir a trabajar, con "Jero" alternamos muchas veces se queda con sus abuelos por parte de su madre que viven en Aguilares o sino con su tía, en camino a eso yo la dejo siempre en su trabajo, aprovechamos para dejarlo a él también, que en un principio no era nada fácil, por el hecho de que era muy chico, pero ahora se simplifica un poquito más al saber que él entiende" contaba sobre las exhaustivas tareas las cuales tiene que cumplir hace día a día.
Hablando con "Cali" quien además de ser compañero de trabajo es un amigo de toda su vida nos llevaba a conocerlo más a "Mauro" como él le dice, "Para mí es un crack en todo sentido, mientras se escuchaba un chirlo amistoso, ¡Plac!, no solo como jugador de fútbol, sino como persona. Es de esos changos que siempre está cuando lo necesitas, siempre que puedo lo voy a ver, cuando estaba aquí en Aconquija, lo iba a ver siempre, pero después se fue y se complicaba un poco el traslado hacia donde jugaba. Cuando opinaba sobre el juego de Mauricio, el hombre con una sonrisa, decía: "No es porque sea mi amigo pero lo que más me gusta de el en la cancha es que es de esos 9 que no te dan ni una por perdida, además de que es goleador nato, siempre esta bien  parado, es Palermo en versión tucumana" exclamaba entre risas al recordar a su amigo.

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Hijo de Oscar Salazar (62 años) e Irma Soria (60 años), que además tiene dos hermanos menores que el, uno varón llamado Gonzalo, apodado como "Huevo" que es el menor (31 años) y la mujer llamada Natalia, que con sus 35 años tiene 3 hijos, llamados Benjamín, Máximo y Bautista todos frutos de su relación con Sebastián Juarez. Mientras que Gonzalo tiene 4 hijos, 2 varones (Jonas, Tomas) y 2 mujeres (Brisa y Delfina), años atrás también él fue futbolista, fue arquero siempre, jugó la Liga Tucumana donde defendió los 3 palos de "Los leones" de Yerba Buena durante varios años, un par de años después se retiró del fútbol, para darle más atención a su mujer y a sus hijos, como también a su trabajo.
Volviendo una vez más hacia el pasado, mientras tomaba su primer mate cebado por su hermana, el hombre de 1.88 mts, decía "Cuando yo jugaba en Unión Aconquija, mi papá era directivo del club, presidente más precisamente, igual estuve poco tiempo en el club, de ahí me fui adonde encontré mi lugar en el mundo por así decirlo" decía con su cara que mostraba claramente la emoción total.
"El tanque" en su paso por Unión Aconquija de su ciudad natal
 Cuando fue momento de hablar de su actualidad y adaptación, decía:"en un principio me costó adaptarme en el sur, pero después ya se me fue simplificando un poco más a medida que iba conociendo a personas allegadas al club, compañeros, directivos y demás, siempre disfrute del fútbol, es una forma de vida que yo sigo eligiendo hasta el día de hoy y nada de lo que hice en este deporte tan hermoso me arrepiento, hoy en día estoy en Azucarera Argentina, un club que me trató bastante bien desde que pisé por primera vez ahí, estamos luchando por ese tan ansiado ascenso que es muy difícil de conseguir pero nos sentimos capacitados, con jugadores de experiencia como el "Gordo" Aragón que se sumó hace poco, el "Grillo" Sosa también, y pibes que ya tuvieron rodaje en primera como es Braian Acuña, por ejemplo, que estuvo en Jorge Newbery, son algunos de los jugadores que se nos sumaron a este lindo grupo para cumplir este objetivo, que es estar en la primera división del fútbol tucumano".

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Junto a su hermana Natalia 
Cuando hablamos de Mauricio, a su madre, Irma Soria, siempre le vienen gratos recuerdos y malos también recordando a cuando la hacia renegar. "Cuando era más chico me cansaban en casa golpeando para llevarlo a jugar a la pelota, pero cuando no se andaba portando bien o no hacia las cosas en la escuela lo castigaba por así decirlo de esa manera diciéndole que no iba a ir, pero después de un llanto ese chango siempre se daba maña para salirse con las suyas e irse" contaba la madre del goleador. En las 4 paredes de esta casa guardamos los mejores momentos, comentaba el "Cholo" padre de esos 3 hermanos. "Siempre fueron unidos, más Mauricio y Natalia, con Gonzalo era un poquito más complicado debido a que la disputa siempre era la pelota, después en más, como todos hermanos varones eran muy unidos, podían pelear entre ellos, pero siempre entre defendiéndose cuando peleaban con otros chicos, esas cosas que uno siempre tiene en la infancia, cuando jugaban entre ellos, Gonzalo siempre era el arquero, mientras que el otro le pateaba, y así, hasta que uno de los dos se enojaba por uno u otro motivo, ya peleaban y se terminaba el juego, después pasaron los años y me tocó verlo debutar a "El negro" en primera, con la camiseta de Amalia, ese día le hizo un gol a Atlético" finalizaba el señor sonrojando.
Mientras que Natalia, emocionada recordaba momentos vividos con su hermano en la infancia, en ese mismo instante se escuchaba el ¡Mamáaaaa! de Máximo uno de sus hijos, que le pedía que le alcance su pelota para jugar con los chicos que estaban con él.
Sin perder su emoción y la nostalgia al contar, decía: "Hasta el día de hoy sigue siendo igual, siempre ayudando a los demás que es algo por lo que se identificaba mucho, no cambió en nada en cuanto a las actitudes que tenia él cuando era chico, lo  que también es muy burlista, pero siempre, como cuando mi mamá me retaba el estaba siempre ahí para hacerme burla. Siempre recuerdo que se burló porque mamá me había pegado y se fue, cuando volvió a la noche le pegaron una cagada masomenos, son recuerdos que no los olvido, que en ese momento fueron feos, pero con el pasar de los años, ahora nos reímos de eso, junto a mamá también" finalizaba Natalia, con Oscar de testigo, largando un extenso ¡Jajajajaja! al aire, mientras cebaba esos benditos mates.



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 Él, también conocido como "Toreto" en el ambiente del fútbol cuenta con más de 250 partidos disputados, vistiendo los colores de varios clubes, entre ellos, Amalia donde debuto a sus 17 años, convirtiéndole su primer gol a nada más y nada menos que Atlético Tucumán, también jugó en Sportivo Guzmán, Central Norte, San Pablo, Unión Aconquija de las Estancias (Catamarca), San Jorge, Santa Lucia, Unión Aconquija, Concepción de la banda, Bella Vista y luego llegó en la temporada 2010 a  Jorge Newbery donde estuvo hasta el final de la temporada 2017, en el "Aviador" se convirtió en ídolo, siendo capitán y estandarte del equipo, no solo en la Liga Tucumana, Federal B, por último en este 2018 y con sus 38 años firmó con el club Azucarera Argentina, equipo que milita la Liga Tucumana B, que está peleando por uno de los ascensos, en este equipo lleva jugados 18 partidos y lleva convertidos 12 goles, siendo uno de los goleadores del equipo. En sus espaldas tiene también más de 100 goles convertidos, su posición siempre fue delantero, 9 más precisamente. No solo jugó en las dos categorías mayores del fútbol tucumano, sino que también participó en divisiones a nivel Nacional, como en su momento lo fueron el ex Federal C, el ex Federal B, que pasaran a formar parte de una unificación en un torneo llamado Torneo Regional Federal Amateur.

En su paso por el club Concepción de La Banda

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Padre de Abigail, que es la mayor, junto con Valentina, que son sus hijas con su primer matrimonio, Carolina Pereyra, mientras que en el segundo tuvo a Jeremías producto de su relación con Marcela Rojas, disfrutando de la vida como él bien lo dice, ya con una familia compuesta, Mauricio hace referencia al fútbol actual con el de antes y dice: "El fútbol de ahora es mucho más físico me parece, antes era más técnico, si estaban los verdaderos futbolistas, obvio, sin desmerecer a los de ahora siendo uno de ellos incluso, antes se trataba mucho mejor la pelota, hay equipos que si lo hacen o lo intentan pero antes era colectivo totalmente, donde cada equipo tenia uno o dos que se destacaban con la pelota en los píes, eso eran crack, pero bien crack, en cambio ahora todo es físico, agachan la cabeza y corren, tiran un centro bien y ya dicen que son buenos futbolistas, y no es así, por lo menos yo no comparto ese pensamiento" finalizaba "Toreto" en aquella casa de su padre, donde se escuchaba de fondo a Natalia junto con Oscar, charlando, mientras que un poco más atrás jugaban al fútbol dos de sus siete sobrinos junto con su hijo, Jeremías.

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Una de sus tantas postales vistiendo los colores del "Aviador"
La palabra retiro del fútbol está en el diccionario de Mauricio Salazar, con sus 38 años el dice que se encuentra vigente aún para seguir jugando, pero que todo puede pasar a estas alturas "todo pasa por el compromiso con los entrenamientos, con trabajar fuerte, pero los años también pasan y de eso uno se va dando cuenta, yo me voy a retirar en el momento que crea que no puedo sumar más al grupo, cuando las piernas me digan basta, a pesar de que sé que mi corazón me va a decir que siga, lo que si tengo más que claro es que cuando llegue ese momento de retirarme quiero seguir vinculado a este mundo,  no tengo claro si me gustaría ser director técnico, pero solo son pensamientos y espero que todavía no llegue ese momento en el cual mis piernas me digan, "hasta aquí llegaste Mauricio" con la edad que tengo creo que ese momento llegará cuando menos lo espere es por eso creo que me siento preparado para aceptar eso en cualquier momento" finalizaba con una mirada hacia el horizonte tocando su barba y mostrando un poco de nostalgia.


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En el día de la semifinal por ese ansiado ascenso, "Mauro" inició de titular en su equipo, Azucarera Argentina, los minutos pasaban y quien abriría el marcador era él, Mauricio Salazar, se hacia presente en la red con un zurdazo letal al primer palo del arquero rival, minutos antes del final, el equipo contrario lo iba a empatar para que de esa manera vayan a la definición desde el punto penal, Mauricio iba a ser encargado de patear el primer penal de su equipo, acomodando la pelota al palo izquierdo y dejaba sin respuesta al arquero de Estación Experimental ponía adelante en el marcador al equipo del sur, la definición estaba peleada, todos los ejecutantes lo hacían de manera correcta. Hasta que apareció la figura de Jairo Sarmiento, portero de Azucarera Argentina que atajaba el penal y convertía el último penal para quedarse de esa manera con el tan ansiado ascenso, para que también Mauricio Salazar siga escribiendo su exitosa historia en el fútbol tucumano.







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