Manos Abiertas


La resistencia es difícil, y probablemente sin esperanzas. Sin embargo, el sistema, por la misma lógica de su sobreesxtensión totalitaria ha dejado libre un espacio: la posición del disidente, única figura de oposición posible en una sociedad sin oposición.  El disidente es el problemático opositor en sociedades de totalitarismo consensuado, sea en su vieja versión, policial y oscurantista (viejos regímenes del Este) o en su forma iluminista, progresista, reluciente, moderno. (…) No cede al consuelo del colaboracionista progresista y se mantiene en su reflexión crítica solo, estoicamente, le cueste lo que sea”. Claudio Uriarte  



Había hablado con él un rato antes: cuatro, cinco horas antes, cuando los portales de noticias publicaban sobre un nuevo aumento en la canasta de pobreza, Fernando Ledesma cebaba un mate en el pasillo de la Fundación. La situación actual es complicada, parecida a la del ´96 (año de nacimiento de Manos Abiertas), tenemos un contexto difícil. Parte de la sociedad atraviesa situaciones extremas, niños y adolescentes viven en las calles, en los semáforos y en las plazas.

Acomodándome en la silla de su oficina, dudé de hacerle una pregunta evidente.

- No sé cuáles serán los números reales de la pobreza, pero el grueso son chicos y jóvenes. ¿Cómo país que futuro nos espera? Esto es algo que nos debería mover a todos.


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Faltando 2 minutos para sean la diez de la mañana toco el timbre de una casa vieja ubicada en la calle San Lorenzo 1280. Rápidamente un hombre, flaco y canoso abrió la puerta pintada de naranja y violeta. Fernando esperaba desde temprano acomodando la sala más grande de la casa. Allí estuvo reunido, la noche anterior, junto a sus colaboradores realizando un balance de las últimas actividades realizadas.

 Al entrar, caminamos por el pasillo que estaba repleto de bolsas negras que rebalsaban de ropa y allí también se puede distinguir una bandera que cuelga de la pared pintada por las manos de chicos, donde se pueden observar estrellas, árboles frondosos con flores, una cancha de fútbol y un río que atraviesa de punta a punta. Lo más parecido a un lugar mágico, donde sólo ellos pueden estar. Mientras nos sentamos en la oficina, ceba un mate, y abre bien grandes sus ojos verdes.


- Hay personas que creen que las cosas andan bien… ¡Ja! (suelta una risa irónica) Es increíble. Esta organización civil lucha contra la indiferencia, se trata de un equipo heterogéneo formado por 63 personas de diferentes edades y todos los días se levanta pensando en trabajar por la defensa y promoción de los derechos de la infancia.

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Juega con un Salchicha de 3 meses en el patio de su casa, cuando escucha el "piiii" del Bora gris de la madre de Valentina. Atina a agarrar la mochila y se sube al auto con la alegría de todos los lunes. Con Luis Miguel de fondo, Ana conversa con su amiga de toda la vida, hasta llegar a la parada de colectivos del Camino de Perú y Avenida Aconquija. Allí se bajan y la saluda su otra amiga, la Gringa Mariana.

- Llegaron justo, subamos que no llegamos. Respira aliviada la rubia de ojos verdes.


En el camino, mandan mensaje al grupo de WhatsApp avisando que ya tomaron el 4 y que presten atención. En la Avenida Mate de Luna subió Eugenia; Nacho en la San Luis y Crisóstomo y por último en la Congreso, los otros 4 chicos junto a la coordinadora Rosario. Contentos por estar juntos, comienzan a imaginar lo que será una nueva travesía. Media cuadra antes de llegar a la calle sin nombre,  Ito comienza a reírse porque ve que los saludan los chicos del barrio. Luego de una hora de viaje, bajando del colectivo; 4 niños se abalanzan a la manada. Estirando sus brazos con rostros que encandilan de felicidad apartando la roña cotidiana.  La tarea ha comenzado para el grupo. Mientras caminan por la calle principal de Los Vázquez, se acercan al primer pasaje de los dos, allí comienzan a acercarse 5 pequeños más que se pegan al grupo como si fueran garrapatas.


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Siempre me preguntan lo mismo. Sonríe el canoso, moviendo el zapato derecho como si le hubiese picado un mosquito.

¿Qué hace un ingeniero agrónomo en esta fundación? Parece curioso o a veces, resulta gracioso, pero en realidad creo que todo tiene que ver con todo. Él sostiene que no está por caridad o porque sea bueno, ya que no cree en eso. Cree en el compromiso como ciudadano de ejercer un rol más activo y participativo. Puntualmente en el caso de la infancia, allí comienza todo y permite a futuro proyectarse y ser quien vas hacer. Hoy en día eso no está sucediendo en la sociedad, una gran parte de niños y jóvenes están privados de eso.

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Todos sentados y esperando para jugar en el salón de la derecha de la ex capilla Divino Niño, lugar donde se juntan todos los lunes para divertirse, comienzan a bailar al ritmo de Gilda.  Esta vez son veintitrés, veintitrés criaturas. Catorce mujeres y nueve varones. En este taller pueden participar chiquitos de cero a doce años.

- ¡Vamos a empezar con el juego de la silla! Resuena en el espacio. Siempre tratan de que se despabilen al principio, para que el encuentro sea ameno y puedan prestar atención, explica Rosario.

Se empujan todo el tiempo, están curtidos. Pero desde que el botiquín apareció en los talleres con la presencia de curitas, alcohol en gel y gasas, apenas sienten algo, piden auxilio. Eso demuestra que quieren atención y saben que cuentan con alguien a quien recurrir.

Después de jugar y gritar por veinte minutos, empieza la actividad principal. Agarran las revistas y empiezan a cortar y a pegar. Un collage en una hoja A4 comienza a tomar forma.

El trabajo de hoy está relacionado a la identidad, tienen que dibujar a su familia. Es la manera que encuentran los talleristas de poder saber cuántas personas viven en sus casas. 

Los veintitrés parecen concentrados, pero Isaías, la "Pulga" de 6 años, parece algo inquieto. Tiene una musculosa que le llega a la rodilla, tapando el escudo del short de Boca. Intenta cortar la revista moviendo el pelo igual que Carlitos Balá. La semana anterior sorprendió a todos. Por primera vez agarró un lápiz. Nadie podía creer que estaba marcando sus primeros trazos en una hoja.

¡Vení seño, vení! ¡Mirá!. La alegría y felicidad envuelve el rostro del pequeño. La sonrisa parece iluminar el salón.

La historia conmueve y me lleva a seguir indagando sobre “Casquito” Isaías.

Sus padres estaban en situación de consumo, por suerte la madre se está recuperando. En estos barrios la droga llega muy fácil, demasiado. Isaías vive con sus hermanos: el Mocho, Ramiro, Lucas, Nicole y su abuela. 

En Los Vázquez viven aproximadamente 338 personas, de los cuales 217 son niños y 121 son adultos. 113 niños y adolescentes asisten a clases normalmente. Representando el 52,07% de la población infantil. Siendo las escuelas Amado Juri, El Salvador y Alejandro Heredia las más concurridas, tanto el nivel primario como secundario.


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- Son procesos que transitas. Armo mi historia hacia atrás y me doy cuenta de la importancia de las 
situaciones que viví cuando fui niño. Me acuerdo que mi familia diariamente ayudaba a los vecinos, no había indiferencia. Siempre había alguien a quien acompañar que necesitaba algo, ya sea de algo material, de un consejo.



Su mamá fue su referente. Recuerda estar al lado de ella y siempre andar por todos los lugares asistiendo a familiares o amigos. Siente que después le cayó la ficha del porqué hace lo que hace. Simplemente replica algo que vivió desde siempre. El ingeniero parece no desentonar, bajo la musicalización de los pájaros.


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Es hora de limpiarse las manos, grita Eugenia.

Sacan de una bolsa blanca, tortillas gruesas y finas. Por otro lado, viene Nacho con las cajas de chocolatada y jugos que fueron donados por José (ex voluntario). Una vez en la mesa, los chicos comparten la merienda.

Antes no era así, sabían pelearse por las tortillas. Con el tiempo aprendieron que hay para todos y que pueden repetir sin problemas. Los avances son importantes y se miden en las mínimas cosas.

Limpiando el salón, luego de finalizar las actividades. Apareció Yor, un hombre petizo, flaco de gorra negra que tenía el pelo recogido. Víctor Guerra es referente del barrio, y en su casa tiene un merendero. Allí se ocupa de darles de comer a los vecinos todos los lunes, miércoles y viernes. También lucha para que las adicciones se alejen de su pueblo.  #NiUnPibeMenosPorLaDroga es el nombre de la campaña. Se reúnen en el barrio los adultos y tratan el tema con psicólogos.


¿Todo bien? Pregunta Yor. 

- Todo bien, contestan en coro los voluntarios.

La intervención llega a su fin. Fueron tres horas en donde ambas partes pasaron por diferentes estados. Desde la emoción por el reencuentro y la alegría de comenzar hasta la desazón por no encontrar los lápices de colores y por tener que terminar. 

Los voluntarios esperan el colectivo para volver a casa. Del mismo modo que llegaron, un grupo de purretes los abraza y desea con ansias el próximo encuentro, mientras el chofer los mira con mala cara por no dejarlos ir. El tiempo vuela y por instantes se paraliza. 

Como si fuera una película, escucho el vozarrón del Polaco:”…Y en esa calle de estío… calle perdida dejó un pedazo de vida y se marchó”.


Mientras termino de escribir tengo la radio prendida y un deja vú.

- La pobreza creció al 33,6% en la Argentina y es la más alta de la década, según un informe de la UCA. Esto constituye un estimado de más de 13,2 millones de personas que sufren la pobreza. Un año antes había medido 28,2% de la población. El nivel de inseguridad alimentaria en la Argentina hoy es del 20% del total de la población y la inseguridad alimentaria severa, es decir aquellos que pasan hambre, es de 7,9%.











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