ME QUEDO CON LOS RECUERDOS Y LA PERSONA QUE ERA MI MAMÁ

Galito o el Negro como lo conocen en el barrio, un pibe con mucha hambre de gloria, que desde chico, tuvo capítulos cargado  de emociones,  perdió a su madre a los 9 años y su padre lo abandono, no fue pretexto para él, para  salir adelante en la vida, que gracias a su Tío David (un padre para él), quien está casado con su madrina (María) hermana de su madre, son el sostén para que hoy en día Galito, se dedique al fútbol.


Una tarde gris, de un domingo de noviembre, los cerros blancos, debido a la llovizna que asomaba a la ciudad de San Miguel de Tucumán, 11 de la mañana, aparecía el protagonista de esta historia, Matías Galo Córdoba, en la plaza del barrio Parque Sur, con su moto negra 110cc. Toda destartalada, mojados hasta los ojos y empapada todas sus ropas de entrenamiento de Atlético Tucumán. Justamente provenía del Complejo de Ojo de Agua, quién pertenece a la entidad celeste y blanca, donde realiza ejercicios regenerativos, antes que comiencen sus vacaciones. Su futuro por ahora es incierto.

El joven que vive en el barrio Villa Angelina, en el Pasaje Mirabal 809, en la casa de David,  de apenas de 20 años, es un pibe de una piel oscura, tirando a un color café, es  habitual que en su cabeza, se deje la cresta y un desgrade a los costado. Mide un 1.85mt, pesa 59kg, puede jugar de Zaguero y Volantes Central a la vez, es áspero a la hora de marcar y lírico al entregar el balón, de muy buen juego aéreo en las dos áreas, se inició futbolísticamente, desde muy chico en una  escuela de fútbol. En el Barrio Parque Sur, donde prácticamente se crió y fue una familia para él.

Luego con el correr de los años, más precisamente a los 14, Gracias al profesor Hernán, tuvo la posibilidad de quedar en el CEF18, por suerte le fue bastante  bien, teniendo continuidad y pudo agarrar confianza. Donde realizó gran parte de las Inferiores, en el club ubicado en la España 3761, el cual defendía los colores de la camiseta Azul y Oro.

Tuvo la posibilidad como jugador, de dar un salto de calidad, de  llegar al club al San Martín de Tucumán, gracias a Miguel Romero, quién lo invitó una prueba y con gustó acepto, porque es el club de sus amores, en el cual su padre y su abuelo le inculcaron desde chico. Pero no todo fue color de rosas, desde que llegó a Ciudadela, de pasar un año hermoso en el club. El  último día de entrenamiento del año, cuando se retiraba del complejo Natalio Mirkín, llegó un llamado inesperado, un Dirigente diciéndole que pase a buscar el pase por el Club, que lo dejaba en libertad de acción, sin darle ninguna repuesta concreta, ni explicación, ni un porque. Lo que provocó un golpe muy duro en su vida, en lo que llegó a dudar si en seguir jugando al Fútbol.

A su vez aprovecho el momento en agradecer al profe Ariel Martos, quién le dio la oportunidad de jugar en la Primera De La Liga Tucumana y a Jacinto Roldán que hicieron mucho por él, durante este tiempo y a todos sus amigos, que hoy en día mantienen  una relación excelente.



Por cosas de la vida o del Fútbol,  como si el destino tuviera marcado. Cuando Galito era chico y les preguntaban si  alguna vez iba a jugar en Atlético, lo primero que respondía, era un NO. Justamente Atlético Tucumán, fue quién le terminó abriendo sus puertas gracias al Caza-talento Omar Vallcanera, al principio le costó adaptarse al club, debido de que venía de la vereda del frente, algunos no te miran con los mismo ojos, que un chico normal, pero él, es  consciente de la situación, trata de comprender y ponerse en la posición de todos, entendiendo la rivalidad entre "Decanos" y "Santos", pero los compañeros, con el tiempo me hicieron pasar un gran año.

Galo es un joven que se sacrifica, desde muy temprano, día a día, se levanta  a las 7 de la mañana, desayuna tranquilo, se pone a ver la televisión, conversa con su abuela, a veces toman mates juntos, se dirige al club, entrena, cuando termina se va volando, a trabajar en la sangucheria que dejó su abuelo, como delibery. A la tarde se va entrenar al gimnasio, de un plan de Alto Rendimiento, con el profe Fede Córdoba, quién le enseña técnicas individuales, para ir mejorando y  a la noche vuelve nuevamente a la casa de comida, para darle una mano a su madrina.

-¿En qué categoría estás actualmente?

Estoy jugando en la 4ta categoría de inferiores de AFA y a veces jugaba para la Primera De la Liga Tucumana. La verdad que viví muchas cosas, que nunca jamás imaginé vivirla, de conocer varios lugares, fue lo más hermoso.

¿Tu expectativa para lo que viene?

Poder insertarme definitivamente en el fútbol profesional, si me toca seguir aquí en Atlético Tucumán, sino irme afuera de la provincia, ganar  rodaje y lograr un salto de calidad en lo personal. Para eso, estaría bueno contar con un representante, me decía mientras tomaba mate cebado.

Gracias a su papá David, que lo apoya en todo momento, Galo puede dedicarle, tiempo a lo que más lo apasiona en su vida, que es en jugar al fútbol. "La verdad que es un gran pilar en mi vida, es muy importante para mí, siempre me dice que siga para adelante, que no baje los brazos, que lo intente, eso lo valoró mucho y me hace muy bien". Recalcó Galo. Y a la vez, está la contra cara, la de su madrina María, le dice que busque otra cosa, que ella quiere lo mejor para él, pero Matías  piensa
 Que nunca llegará a entender, lo que uno siente por el fútbol, la pasión y todas las cosas que deja de lado para poder llegar a triunfar.

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La infancia tiene sus propias manera de ver, pensar y sentir, nada hay más insensato, de que te marque la vida, eso fue lo que le pasó a Galo, que en ese entonces  vivía con sus padres biológicos y hermanita, en el barrio Villa Muñecas, en la casa de su abuelo, tenían una machimbrada arriba, eran de clases media, pero nunca faltaba el pan en la mesa. Desde chico estudiaba a la vuelta de la casa, en la escuela llamada 240. Él era feliz con la redonda entre los brazos.

Cuando tenía apenas solo 9 años, perdió a su madre, fue un momento muy duro para él, por el tema  que era chico, vivió pocos momentos con ella. Eso no fue todo, cuando la vida te golpea para ver de qué hierro, estás hecho, pasó lo de su padre biológico quién lo abandono por otra familia. Él hoy un poco más grande, consciente de la situación, respecto la decisión de su papá, no le guarda rencor,  ni nada de eso. Sí bien se queda con los varios recuerdos que pasó juntos a su madre, la persona la que era y los consejos que le daba. Hoy en día su madre es un ángel que lo guía desde el cielo.










Comentarios

  1. Galito tu madre fue una exelente madre con ustedes te aseguro que esta orgullosa de vosy de que te halla dejado en buenas manos .junto a tu papá david ,a tu madrina maria y a tu abuelita besos enormes

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