El sueño del pibe


Luciano Melto, un joven jugador de fútbol y estudiante de 22 años, fanático de Boca y simpatizante de Atlético, demuestra que los sueños no son imposibles y que nunca hay que bajar los brazos.



Hijo de Alejandra Heredia, odontóloga y José Alberto Melto, vendedor de autos, nació un 20 de Junio de 1997 y tiene dos hermanos, María Valentina, estudiante de odontología y Martín que está en el secundario. Todos viven en el barrio Villa Lujan, en la calle San Martín al 3430, una casa con ladrillos a la vista, rojos como el fuego y rejas negras. Luciano juega de defensor central y tuvo paso por “El Decano”, “El sagrado”, el “Merengue Palpaleño”, “El Bolsonero” y de “La Gloria” del Club Social y Deportivo Lastenia, además es estudiante de educación física de cuarto año. ¿Su sueño? Ser futbolista profesional.

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En el 2019 llevó su talento al equipo amarillo y negro, conocido por el aguante y por lo pasional que es su hinchada. Luciano quedó totalmente a gusto con el club del ingenio desde su llegada, tanto que lo pone por encima de los otros cuadros por el cariño que recibe de la afición, de la gente del equipo y también en lo personal ya que se siente muy cómodo allí. La gente siempre se acerca,  le ofrece cosas y ayuda en lo que el necesita, hay días que no podía ir en auto y los hinchas o directivos  se ofrecían a llevarlo o darle dinero para el colectivo, le piden camisetas, medias, lo hacen sentir muy bien. El último partido entró mucha gente al vestuario a darles aliento, y había madres que les pedían a los jugadores que entren a la cancha con sus hijos. La gente de Lastenia es muy pasional y lo demuestra todo el tiempo. Afirma que la relación entre los integrantes del plantel y el cuerpo técnico es muy buena, y que hace mucho no se sentía así en un grupo. Su próximo objetivo es dar todo por la camiseta de "La Gloria"en las temporadas venideras. 


Lastenia


Su inicio en el fútbol fue a los 9 años, en Atlético Tucumán donde arrancó su carrera, al mismo tiempo, su padre lo llevaba a una escuelita del Barrio Congreso a jugar con sus amigosDesde chico siempre fue este deporte. Desde que acompañaba a su padre a jugar a la pelota, siempre tuvo en claro que quería ser como él cuando sea grande. También hizo natación por un tiempo pero no tuvo efecto en él, el fútbol era lo suyo. 
_Es una pasión que viene desde la cuna.
Es hincha del club de la ribera gracias a "Pipo", su papá, ya que su abuelo tenia el corazón azul y oro también. A los 12 pegó el salto a Argentinos del Norte, club que lo marcó, le enseñó, donde pudo desarrollar su juego y donde pasó la mayor parte de su carrera.


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Militando la camiseta de Lastenia le llegó una nueva oferta, esta vez hablamos del club de Mar del PlataAlvarado. Su padre José o “Pipo” como le dicen, que es su representante, contactó con el presidente del equipo y arreglaron una charla y una prueba para medir el talento de Luciano. Los dos viajarán a ver al presidente del club de "La Feliz" y charlaran sobre un posible contrato, además le pidieron videos y fotos de todos los clubes donde jugó, Luciano piensa que es una gran oportunidad y la ve muy posible, aparte le encantaría vivir en "La Feliz".
_Es una chance muy linda, quizás de las mejores que tuve, ojalá se de, Dios quiera.




     Argentinos del Norte.


Año 2013, su primera chance en el fútbol de otra provincia llegó desde Buenos Aires. Viajó, se probó en Quilmes, estuvo dos días pero al cervecero no le hacía falta un central más. Entonces fue a probar suerte en el “Halcón de Varela”, en Defensa y Justicia, lugar donde la fortuna parecía estar de su lado, ya que le dieron el ok para que continuara con su entrenamiento, pero luego de dos semanas sufrió una fractura en el tobillo derecho y el club le comunicó que no se haría con sus servicios. También había hablado con gente de Temperley para hacer una prueba, pero la lesión le jugó una mala pasada. Su primera experiencia afuera de casa no había sido del todo buena.

Al regresar al Jardín de la República, comenzó su segunda etapa en “El sagrado”, esta fue la que marcó su carrera ya que con 17 años se hizo capitán de la primera del club que lo vio crecer futbolísticamente. Hizo un buen año en Argentinos del Norte y se le abrieron las puertas de afuera otra vez. Altos Hornos Zapla de Jujuy se lo llevó a los 18, jugó seis meses en el equipo, hasta dejó su carrera por apostar nuevamente al fútbol pero por cuestiones económicas y familiares nunca se pudo establecer bien en el club y la odisea en la provincia norteña acabó demasiado rápido. En Zapla había ganado su lugar, pero nunca terminó de arreglar el tema económico y además tenía a su abuela "Kika" con la que vivió toda su vida muy enferma y Luciano estaba más pendiente de ese tema que del deporte.

Su destino estaba enlazado a argentinos ya que a la vuelta decidió retomar lo que había dejado en el equipo del “Sagrado”. Pero no todo es color de rosas. En el 2016, en el primer partido de la temporada frente a Eudoro Avellaneda, sufrió la peor lesión de su carrera. Iban ganando uno a cero, a los 70 del segundo tiempo, en un centro del equipo de Los Ralos el fue a cabecear, pero el delantero del otro equipo lo cabeceó a el. Luego de esto, lo único que recuerda es que cayó sangrando al suelo y se desmayó. Tiene pantallazos de su mamá con él en la ambulancia, y de ahí nada más hasta el Hospital Padilla. A pesar de esta terrible desgracia y 8 meses sin actividad física, Melto nunca pensó en alejarse de lo que más amaba, ni renunciar a su sueño, el sueño del pibe, ser futbolista, vivir del fútbol. Nunca se le cruzó por la cabeza dejar el fútbol, pero el sabía que si iba a volver le iba a costar el doble, volvería con mucho miedo. Perdió mucho peso, mucha masa muscular, entrenamiento y lo más importante, ritmo de fútbol  expresó. Afirma que hasta el día de hoy le cuesta sacarse un poco el miedo en las pelotas divididas, pero de a poco ese temor va disminuyendo.
_Fue la peor lesión que tuve en mi vida, en inferiores me quebraron la nariz de un rodillazo pero no se compara con ésta, fue muy fea.
Las consecuencias del golpe fueron: Fractura del hueso maxilar, piso de órbita y el hueso malar.

Tras largos meses sin retomar lo que más amaba, al otro año, luego de que volvió a entrenar con normalidad, partió para Mitre de Santiago del Estero, junto a un amigo. Su amigo quedó, pero para Luciano fue figurita repetida y se quedó en la madre de las ciudades más sólo que perro mojado ya  que le volvió a ocurrir lo del 2013 cuando le tocó en Quilmes, el club le dijo que había muchos defensores y que no estaban interesados en el.

Lejos de bajar los brazos Luciano se fue a otro equipo, esta vez fue Deportivo Llorens, club joven del sur de Tucumán, de Concepción. Esta institución buscó los servicios del central y los obtuvo pero no por tanto tiempo. Otra vez breve, otra vez no, tres meses bastaron para que no juegue más allí. Ya que quedaba muy lejos de su casa y se le complicaba a la hora de tener tiempo para dedicarle al estudio. Melto no esperaba que su llegada a Lastenia sea tan amena y que se vuelva una de sus mejores etapas deportivas.
Por desgracia, en Julio del 2018 su querida compañera de 21 años, su abuela se fue, este suceso dejó devastado a Luciano, quiso dejar todo, el deporte, el estudio, hasta los amigos. Pero una vez más el Sol brilló nuevamente para el y el fútbol fue el mejor psicólogo que encontró.


     Deportivo Llorens.


Luciano empezó a prepararse para ser profesor de educación física. Lo hace en el Instituto Privado de Educación Física (IPEF), que se encuentra en la avenida Mate de Luna al 2845, si fuera por el directamente no iba a estudiar, pero su madre le insistió que siempre tenía que tener un plan b, por si en el fútbol no le llegaba a ir bien, así que se metió en educación física ya que está relacionado al mundo del deporte y por ende al fútbol. El primer año le fue bien, allí conoció a su novia Eugenia e hizo un grupo grande de amigos, pero en Julio del segundo año tuvo que dejar dos meses por su paso en Jujuy. Cuando retomó lo hizo desde el segundo año desde cero hasta pasar a cuarto año, su último año de la carrera. Sueña con ser un profe de educación física en un futuro cercano.

Esta historia es un claro ejemplo y enseñanza para todos los pibes que están arrancando su carrera como jugador o que están en ella y no pueden avanzar, que piensan en bajar los brazos, en dejar todo y buscar otra salida. El que no arriesga no gana y el sueño del pibe, no es un sueño imposible.

https://www.youtube.com/watch?v=QPLUELzLEt0





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