Un sueño para mí

Son las dos de la tarde y me dirijo hacia el diario la Gaceta ubicada en la calle Mendoza, donde me espera Mariana Segura una periodista del medio de 32 años. Mientras camino en soledad con este calor agobiante por las calles desiertas del pleno centro de Tucumán, digo desiertas porque realmente todos los lugares, cada rincón están prácticamente vacíos. Llego por fin al punto de encuentro, los rayos del sol pegaban más duro que la piña de un boxeador, saco un pañuelo de mi bolsillo derecho y seco el sudor de mi frente cuando veo llegar a Mariana, una altura aproximadamente de 1.50, remera blanca con puntos negros, con unos anteojos que la hacen ver de una manera más intelectual y un pircing ubicado en la parte derecha de su labio inferior. Me saludo cordialmente con ella y nos dirigimos al interior de la Gaceta, mientras subimos las escaleras de este edificio me cuenta que nunca se hubiese imaginado dedicarse al periodismo deportivo, jamás se le había cruzado por la cabeza, ni en su etapa de adolescente y menos acá en Tucumán, porque en su mente creía que la carrera era muy desorganizada y no tenía mucha pila para estudiar eso.

Mariana vivió algunos años en la casa de la infancia de su Padre Pepe Segura, a sus cinco años ella y su familia se mudaron a Horco Molle, donde recuerda con mucha nostalgia haber jugado a la pelota, el deporte siempre le gustó y le apasionó desde niña, más que nada el fútbol. Sin embargo nunca lo hizo de manera profesional – “Yo no iba a ningún club, lo hacía porque me gustaba”, también adoraba mucho el tenis.
Llegamos hasta una oficina con las paredes completamente grises, con un televisor grande al frente de la puerta, un par de sillas giratorias de color azul y una mesa familiar enorme como la que tenía en la casa de sus padres– “veni entremos acá así estemos más cómodos”, nos sentamos y ahí era ya otro mundo con respecto al de afuera, el aire que se respiraba y se sentía era mucho más aliviador, del que tuve que soportar antes de entrar al interior del lugar. Mariana comenzó a estudiar derecho, en la Facultad de Filosofía y Letras, pero cuando iba cursando el segundo año, se sentía muy cansada, harta  y aburrida­ lo único que tenía que hacer era sentarse y leer, no había más opciones, una tarde haciendo zapping en la televisión mientras merendaba, en su casa del Barrio Telefónico en Yerba Buena, a la que se mudó desde los diez años, vio de casualidad una publicidad de la carrera de periodismo deportivo que lanzaba Red Milenium y se preguntó a si misma- “Y si estudio”-. Era el primer año de la Red (2007), ella fue una de las primeras camadas de egresados, cuando la terminó de ver al instante le preguntó a sus viejos si le podían pagar porque ella no trabajaba, solo estudiaba. Su madre acepto rápido e incluso asegura que una vez le dijo que tenía que estudiar eso, pero ella nunca le había prestado atención, con su viejo le costó un poquito más, qué tal si primero te recibís de derecho y después te pones a estudiar, porque no es lo mismo que un abogado estudie periodismo a que vos vayas y estudies, ella le comentó que no porque se aburría, son seis años y llegó hasta el cuarto.

Mariana entró con la cuestión de estudiar algo que le gustará, Derecho si le gustaba pero no en su mayoría, empezó, le gustó y más que nada asegura que la aprovecho a la carrera y porque contaba con muchos profesores que eran periodistas y todos trabajaban justamente en La Gaceta, quizás desde allí el tiempo ya le tenía deparado cual iba a ser su destino. Estaban el profesor de fútbol, Guillo Monti, Tomas Gray era de Rugby, Teresa Barrionuevo de hockey, Juan José Urcevich de Radio, Juan Carlos Vega que estaba en la facultad de Cine y con el cursaban televisión. Era mucha gente relacionada a los medios y eso a ella le interesaba mucho, el contacto directo con los periodistas, que le contaban como era el ritmo de la redacción, de la radio, de la televisión, etc. En esa época muchos chicos, la mayoría de sus compañeros habían dejado de cursar, es lógico varios se inician pero son muy pocos los que siguen y terminan.Cuando estudias esto, tienes que saber escribir o aprender por lo menos.
Mientras revisa su celular y lee los mensajes que le llegan, expresa que haciendo esta carrera, tuvo que vencer un poco la vergüenza, que hasta hoy en día la sigue conservando pero ya no le importa- "Que salga como salga, yo lo digo"-, ahora no tiene problemas de ir ante las cámaras y agarrar el micrófono, es como que ha superado una barrera, ya no lo sufre y eso le ayudó mucho en otra faceta de su vida personal. así fue como Mariana una chica totalmente liberal, siguió hasta el final y pudo recibirse exactamente un 14 de diciembre de 2009. 

Cuando se recibió, no hizo fiesta ni nada para festejar, porque un profesor unos días atrás le había comentado que la Gaceta en el verano comenzaba a tomar gente y justo ese día eran las pruebas. Salió muy contenta, apresurada hacia lo que era la oportunidad de su vida. Llegó, tuvo que someterse a una entrevista, como en cualquier lugar a la hora de buscar trabajo, pasó la prueba y le dijeron que esperará que la iban a llamar. Luego de varios días, mientras almorzaba en la casa de sus padres, recibió un llamado para informarle, que la habían aceptado, Mariana estalló de alegría, no podía explicar la felicidad que sentía. Comenzó a trabajar a partir de enero del 2010, colaborando más que nada, porque no le pagaban, hasta que varios años después en 2014 quedó en planta y con contrato, algunos suelen abandonar e irse después de algunos años de explotación, pero Mariana como no tenía hijos ni nada por el estilo, pudo hacer ese esfuerzo y eso le dio la posibilidad de irse de su casa, de independizarse.

 Con tan solo 21 años, entró en la sección de deportes y no le costó mucho adaptarse, porque le encantaba escribir, sobre todo de fútbol, una de sus pasiones. El deporte le daba la posibilidad de redactar, de imaginar bastante, de tener más libertad a la hora de jugar con alguna metáfora. Iba todos los días a la mañana, a cubrir los entrenamientos de San Martín, volvía y tenía que redactar una nota sobre eso, también cuando le tocaba ir los domingos a la cancha a ver los partidos oficiales. Ese era su trabajo en el papel, ahora su laburo es otro, ya no sale casi del lugar y la describe como su segunda casa, se encarga de la gaceta online y de las redes sociales, eso le encanta, pero obviamente extraña salir.

Recuerda que cuando arrancó a trabajar, era la primera y única mujer en el medio que se encargaba de escribir de deportes, de entrada le dieron esa responsabilidad, sus jefes estaban contentos con el trabajo que ella realizaba y no olvida nunca una frase que ellos le dijeron, que nunca antes en la historia de la empresa una mujer había escrito sobredeportes, era algo histórico, hoy mira hacia atrás y valora mucho eso, quizás antes no se daba cuenta, no le caía la ficha. Ahora hay muchas más mujeres en el medio, pero la diferencia con los hombres es bastante, en el equipo que está trabajando son todas mujeres, menos su jefe que trabaja en la gaceta de Salta y coordina el grupo, eso le gusta y afirma que faltan muchas más.

Toda su familia estaba muy feliz porque había entrado, orgullosos de que iba cumpliendo sus metas, pero en su casa no eran fan de leer el diario. El único que leía era su querido abuelo Manuel Díaz, que en su época de joven jugaba al fútbol, era de Boca igual que ella, supone que por él fue que surgió su pasión y apego al deporte, porque al resto de sus familiares no les interesaba nada de eso, también cantaba opera, era visitador médico y trabajaba en un banco. Cuando se recibió, lamentablemente él ya había fallecido un tiempo atrás y se quedó con esas ganas de compartir ese logro, siente que hubiera sido el más orgulloso, mientras pasa su mano sobre su pelo, acomodándoselo hacia atrás de las orejas, puedo ver en un su rostro una imagen de tristeza al recordarlo.

Camino hasta la calle San Luis al 312 departamento donde vive, toco el timbre y me dice que suba, entro y subo por el ascensor, llego hasta el piso ocho y golpeo la puerta, al abrirla de repente salta directo hacia mí, Javier su perrito callejero de color negro, me siento en el grande sillón que tiene a la par de su ventana y mientras tomo el vaso de agua que me ofrece, me cuenta que lo encontró en el cerro San Javier, iba manejando con su novia y lo vieron en medio de la ruta, paró el auto y se lo trajo, no lo podían dejar solo, estaba asustado. Cuando regresaban, durante el viaje decidieron ponerle Javier por el cerro porque lo encontraron ahí, se lo quedaron porque no encontraron una persona de confianza para que se lo lleve, no creció más y está cómodo, a veces le da pena que se quede mucho tiempo solo y disfruta cuando lo saca a pasear.  Mariana se fue por primera vez de la casa de sus padres a los 26 años, siempre tuvo la idea de mudarse, no le importaba a donde, la cosa era independizarse, no es que estaba mal con su familia ni nada por el estilo, es una chica muy liberal, que le gusta recorrer varios lugares y se caracteriza de esa manera. Cuando se mudó al departamento realmente no tenía nada, estaba vacío, se trajo su cama en la que dormía en la casa familiar y una heladera que se la compró con el primer sueldo que ganó en el diario, así fue que siguió comprando cosas y de a poquito continúo llenando su departamento, todo con esfuerzo de los minutos trabajados. Esas cosas que por ahí uno dice que son materiales y que realmente a la larga lo son, pero son esos objetos en donde uno se ve reflejado, todo lo consiguió por ella misma y valora eso de decir que por lo menos pudo hacerlo, ya que la situación actual por la que pasa el país es complicada para muchos, con un largo suspiro y entre risas objeta que esta difícil poder tener la casa propia.

Posee varios cuadros en las paredes de su living que son para darle más onda porque en un momento no tenía nada, están Nirvana, Los Rollins Stones, David Bowie, Fredy Mercuri, The Clash y Charly García, antes tenía uno de Ringo Stars y lo regaló, le encantan, todos son iconos inolvidables para ella, se pueden ver unos vinilos también para darle más color, de repente se dio cuenta que estaba todo relacionada a la música. Y uno que llamó mi atención fue el cuadro de Marapa campeón, mientras se lleva a la boca una galleta dulce, me dice que estaba tirado en el piso de su laburo, preguntó si se lo podía traer, le dieron el okey y se lo trajo, era como extraño agrega porque no es hincha de Marapa ni nada que se le parezca, solo le pareció lindo, si pudiera tener uno igual pero con la camiseta de Boca estaría feliz. Justo atrás de su televisor hay otro de una señora cubana que se lo regalo su papá, tampoco era de su onda, pero lo recibió porque se lo regalo él. En recorrida por su habitación se encuentran otros de los Beatles, Pink Floyd y algunos posters de películas: tiburón, Jurasic Park y Batman de las cuales es muy fanática



Cuando se mudó, a sus viejos no les costó aceptar la idea de que ya no este, pero obviamente algo deben haber sentido, que se extrañe un poco más, es normal. Sin embargo afirma que fue algo bueno para ella y ellos también, de chiquita le pasaba que cuando iba a la escuela y volvía, le preguntaban ¿cómo le había ido? y contestaba que bien, ósea si le hubiera pasado algo malo o buenísimo, no importaba, la respuesta era el BIEN y se dirigía a su pieza, no era de contar todas sus cosas. Ahora es diferente, cuando va de visita a la casa familiar, si se sienta y expresa todo lo que le sucede y siente, el alejarse la hizo acercarse a ellos. Vienen muy poco a visitarla, no es porque no quieran sino es que casi no está en su departamento.

Su infancia no tiene nada que ver con el lugar donde milita ahora, vivió varios años en Horco Molle, en un contexto totalmente distinto al de su presente, era de salir y ver el cerro, plantas, montañas, arboles, nada que ver con lo que vemos en la ciudad. Su niñez estuvo muy marcada por eso, muy salvaje, no veía la televisión  salía mucho afuera, era de ir al rio ya que lo tenía cerquita, subía a hacer la casita del árbol y jugar ahí. Todos esos recuerdos los tiene muy presentes, muy marcados y cada vez que le toca y puede ir a esos lugares nuevamente a visitar, le da y siente mucha nostalgia.

Como su papá era guarda parque, siempre cuando llegaba de la escuela había un animal nuevo esperando que lo lleven a la reserva, entre risas dice que pasó a tener de mascotas: chanchos, monos, pumas, etc. Una vez llegó a su casa con su mamá, abrió la puerta y vio una caja enorme, tenía que hacer puntita de pie para ver lo que había adentro, abrieron la caja y se encontraron con una víbora muy grande toda enrollada. Se acuerda también de haber tenido un monito muy gracioso con el que jugaba todos los días, estaba en una jaulita porque tenía una pata lastimada. Tuvo un puma, que ya era mucho más peligroso, estaba encerrado en una jaula muy segura en el fondo de su casa porque una de sus patas traseras estaba quebrada.

En esa época tenía muchas amigas de la zona, en el verano solían frecuentar seguidamente la pileta de horco molle, pasaban todo el día limpiándola, ya que era enorme y después la disfrutaban. Había dos días a la semana en donde su familia no estaba y pasaba varias horas sola, porque la dejaban sola ahora se pregunta, no le gustaba y no aguantaba el silencio adentro de su casa, por eso prefería salir afuera y sentarse en la vereda, tenía una periquita en el frente, se sentaba y esperaba por ahí, una luz que se venga acercando para ver si era la camioneta en la que manejaba su papá, es todo muy distinto a lo que vive ahora.

Siempre fue a la escuela Sarmiento, en ese entonces era solo para mujeres, sus amigas las hizo ahí y las sigue conservando, las conoce de los cuatro años hizo toda la primaria y secundaria con ellas. Esa escuela es una de las cosas que la marcó bastante, es inevitable pasó muchos años de su vida ahí y es una etapa que nunca se va a olvidar.

Mariana posee varios tatuajes en su cuerpo, algunos son muy grandes y otros más chiquitos, no es una persona que le dé muchísimo significado, simplemente suele ver algo que le gusta y se lo tatúa. Tiene uno pequeño debajo de su codo derecho, es una “M” con un sombrerito arriba, como un abecedario en hebreo, un día estudiando en el instituto, haciendo un práctico con sus compañeros, lo vio, le gusto y se lo tatuó. También tiene un mapa en su antebrazo izquierdo, es el que más pensó, le encantó la idea de que sea un mapa, es algo ficticio pero lo relacionó con los viajes, de otro mundo, de poder en algún momento irse, no porque aca este mal sino todo lo contrario, siente que hay otras cosas y lugares por descubrir y como que el mapa la representaba. Después se calcó una frase en su bíceps derecho “Un sueño para mi” en portugués que era de una canción. Otro en su hombro derecho Kurt Cobain y Courtney Love porque es fan de Nirvana. Uno de los Simpsons en el antebrazo derecho, es el que más le gusta de todos, pero del que más se ríen (risas). Otro negro y mas tribal, un tiburón porque le encantan las películas de tiburones y también una calavera. Todos sus tatuajes son más por momentos de locura que de pensarlo mucho, el del mapa es el de mayor significado y no se arrepiente de habérselos hecho.


 La relación con sus hermanos es buena, su hermana Camila está en su etapa de adolescente, le lleva diecisiete años, puede ser hasta su hija (risas), ahora que está más grande pueden coincidir en muchas cosas, lo que más le gusta de ella es que no hace falta explicarle nada de lo que pasa a su alrededor, sola se da cuenta y es súper feminista, está creciendo y puede elegir, ver y tomar postura. Lo único que las diferencia es que es vegetariana. Con su hermano José, de chicos eran muy distintos, ella siempre salía a andar a caballo, subir a los árboles, jugar a la pelota y el todo lo contrario, todo el tiempo estaba adentro de la casa viendo películas a cada rato. Ahora es director de cine y está viviendo en España, ya veían venir lo que iba a ser de su futuro, se mantienen en contacto por whatsapp, es muy buena y sincera su relación a pesar de la distancia, tomaron rumbos diferentes y cada uno tiene su vida.



Mariana es hincha fanática de Boca, en el día de su cumpleaños veintinueve, el mejor regalo que recibió en su vida fue el que le hizo su jefe de deportes Ariel Ibáñez, que también era fanático y socio del Xeneixe, Le dio la credencial de su hijo y le dijo que con eso iba a poder pasar. Ya en Buenos Aires, le costó mucho llegar al partido, porque era un día de semana y estaba llenísimo, llegó, pasó por suerte y no le dijeron nada. Comenzó a subir por las escaleras de la Bombonera, el lugar era justo arriba de la doce, temblaba todo, se movían las paredes, estaba muy emocionada era la primera vez que iba a ver un partido de Boca por Copa Libertadores contra la U. Católica, ganó por suerte, fue hermoso para ella hacia mucho frio porque era junio, pero sin dudas es una experiencia que no va a olvidar nunca en su vida. Hace un tiempo volvió a Buenos Aires para un recital, ese día justo jugaban Boca y River el clásico en la Bombonera, tenía un tiempo libre antes del show y fue a la boca sin entradas, sin nada, no iba a poder pasar pero quería estar cerca, le encanta el ambiente de la cancha, los alrededores, el momento antes de que arranque el partido son divertidos. Se quedó allí afuera, ya había comenzado el encuentro, se escuchaba todo el aliento de los miles de hinchas, no se encontraba a nadie en el barrio estaban todos metidos en sus casas viendo el partido, recuerda de ir caminando por una montaña de cientos de papelitos que le llegaban hasta la rodilla, se metió en un bar muy antro, era todo de color azul y oro, estaba lleno, se sentó y pidió una cerveza, ya iban perdiendo los bosteros y antes de que termine el primer tiempo descuenta con un gol de tiro libre de Fernando Gago y exploto el lugar. Después de eso se tuvo que ir porque el recital era en la otra punta, en el Luna Park, salieron tomaron un taxi el taxista iba escuchando el partido, se ve que era de Boca porque cuando River le hace el tercer gol la apagó. Fue toda una experiencia inolvidable para ella, haberla visto vacía como un museo, en un partido desde adentro en el día de su cumpleaños y verla desde afuera en un clásico, son los tres momentos que quedan grabado en su memoria por siempre. El recital era del Cirque du Soleil de Soda Estéreo, jamás había visitado el Luna Park, no lo conocía fue todo muy hermoso, increíble, todo un espectáculo nada podía salir mal y una amiga le regalo un reloj de Gustavo Ceratti.

En un paseo por Loma Bola, se tiró de una Ala Delta, le habían regalado un vuelo para navidad, lo fue a canjear, era la primera vez y recuerda que lo hizo muy natural no tuvo mucho miedo, llegaron pusieron el equipo y salieron corriendo, lo hizo acompañada de su instructor, ama esas cosas y le encantaría poder tirarse de un paracaídas o de algún avión andando.

 Con respecto a lo que está sucediendo con la mujer hoy en día, expresa que era necesario hacer mucho ruido, para poder ir ganándose el lugar, pero se corrige que está mal dicho eso de ganarse el lugar, no cree que la cuestión sea esa, sino de que todos reconozcan sus derechos. Se siente muy identificada con todo el movimiento, la toca de lleno, en un momento pleno de su conciencia, donde le hace pensar un montón de cosas, sin embargo dice que hasta ahora tiene un par de actitudes machistas y no se da cuenta, pero toda esta movida hace abrir su cabeza, valora mucho que esté pasando y que más chicas adolescentes lo estén viviendo. El feminismo llega a su vida en un momento donde puede utilizarlo como una herramienta para trabajar, para poner su pensamiento, faltan muchas cosas y cree que ya a esta altura es momento de ir con todo, de no parar, de no medirse, es una ola que va avanzando y es hora de romper con todas esas trabas machistas en todos los aspectos. Siempre estuvo a favor del aborto legal y gratuito, pensaba así porque no era justo que las mujeres pobres mueran por eso, ahora piensa que tiene que ser legal, no por una cuestión económica o de justicia, sino porque ellas quieren, el hecho de poder ser madre y el hombre no, no le da la obligación de serlo. Sufrió machismo, no del tipo que la hayan violentado con algo, pero sí de escribir en el diario y los comentarios de los hombres mandándola a lavar los platos, se considera una periodista que ha tenido suerte porque no le ha pasado nada malo, e incluso le han pasado cosas buenas en el periodismo por ser mujer, no es lo común y si lo aprovecho, piensa que sería bueno que sea todo equitativo y que todos tengan las mismas posibilidades al momento de ir laburar en las canchas, faltan mujeres y se alegra de estar donde está, para poder impulsar y dar ese mensaje.

No suele pensar o imaginarse en formar una familia porque su vida va por otro lado. Y así fue que Mariana mezcló un poco lo que le gustaba, que era el deporte con algo que aprendió y le gusta hacer, ahora lo puede decir, antes no se decidía. No se considera ser la periodista que más ama su profesión para nada, cree que hay muchos más amantes apasionados pero es algo que le divierte y gusta, es muchísima responsabilidad y es muy importante que haya mujeres en ambiente y se alegra de haber sido una de las primeras en hablar de deportes. 













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